DEVALUACIÓN ORDENADA O DE MERCADO


 

Gustavo Galván (*) - Especial para Hoy

               No existe mal más pernicioso y nocivo para los seres humanos que la imprevisión en el desarrollo de sus vidas y de sus acciones. Peor aún, la imprevisión significa muchas veces para un pueblo la causa eficiente de todos sus pesares, y hasta la de su propia destrucción.

               La historia del hombre está cargada de ejemplos en ese sentido. De pueblos troyanos abriendo confiadamente las puertas a su desaparición. Sin embargo el mal persiste a través de los tiempos, casi convertido en una condición característica de la raza humana.

               Obviamente no podemos estar ajenos a ello lo argentinos.

               Si hurgamos entre la larga lista de males que aquejan a la Argentina moderna no encontraremos otro mayor ni peor, que sea causa y motivo de todos los demás. Este es ni más ni menos que la IMPREVISIÓN con que nuestros gobernantes ejercen la política económica del país.

               Y acaso en cuestiones de tamaña naturaleza, como lo son aquellas en las que está en juego el interés nacional, no actuar en tiempo y forma es tan grave como actuar mal.

               Particularmente grave es la imprevisión que ha demostrado el actual gobierno nacional frente a un tema tan sensible y central como lo es el esquema de convertibilidad con tipo de cambio fijo que implantara Domingo Cavallo durante la administración del Dr. Menem.

               No escapa ni al más inadvertido de los observadores que tal esquema muestra ya un agotamiento terminal. Baste repasar algunas de sus consecuencias directas: creciente desempleo, pérdida de competitividad, fuga de empresas, etc. Abundan, además, evidencias objetivas sobre la grave distorsión que produce un Peso sobrevaluado, distorsión que coloca al país entre los más caros del mundo.

               Y, para colmo de males, se han alejado las posibilidades de revertir la tendencia sin salir del cepo cambiario, hecho que agrava aún más el cuadro descripto.

               Quizá resida allí el motivo por el cual se ha despertado, entre los empresarios extranjeros con intereses en argentina, una fuerte impresión de que finalmente ocurrirá una devaluación criolla. Ello a pesar de la rotunda negativa vernácula que reciben a diario.

               Sin embargo la política oficial insiste en continuar con el modelo, cerrando sus ojos a las evidencias objetivas y apelando a un creciente dogmatismo, como si el patrón 1 a 1 fuera la única y definitiva solución que podamos adoptar los argentinos.

               Esta decisión de quemar las naves con el modelo, no sólo nos aleja de una interesante posibilidad (apostar al crecimiento de los sectores productivos), sino que, teoría en mano, nos condena a un único camino posible que son la deflación (rebaja de los precios y salarios) y la reducción del desequilibrio fiscal, esperando un cambio, que se muestra inesperado por ahora, en el contexto mundial (por Ej. Una milagrosa suba en el precio de las commodities).

               De esta forma se descarta lo que creemos más conveniente para la situación: una salida ORDENADA de la convertibilidad. Una salida que PREVEA de antemano las consecuencias negativas sobre los salarios reales y respecto a las deudas en dólares, tanto particulares como públicas.

               En definitiva, no se acepta el agotamiento del modelo y se opta por continuarlo, aún a riesgo de que, tal como ocurriera en Brasil en 1999, sean las presiones especulativas del “ mercado” las que finalmente rompan la paridad.

               La salida en tal caso, además de ser ardua, nos conduciría directamente a la inflación y a la caída de los salarios.

               Frente al tema podemos entonces adoptar sólo dos posturas, las que a su vez son excluyentes: o se acepta que el modelo esta agotado y sin retorno, o bien se confía en su viabilidad, sujetando toda la política económica del país a la política cambiaria de la paridad.

               En el primer caso, aún estamos a tiempo para intentar una salida ordenada del esquema, PREVIENDO los riesgos que ello implica, midiendo sus consecuencias con la suficiente y necesaria antelación, y adoptando y consensuando los medios necesarios para minimizar los daños futuros.

               Para el segundo de los casos, insistir en el modelo como si este aún fuera viable, significa postergar su ocaso, y en su consecuencia adoptar medidas que sabemos perjudicarán a la gran mayoría, resentirán aún más el sistema productivo argentino e imposibilitarán la competencia de nuestras empresas en el mundo.

               También sabemos que tales medidas beneficiarán a muy pocos sectores: aquellos que especulan con lo beneficios del seguro cambiario gratuito y con el subsidio a la importación que el status quo les ofrece.

               Como queda dicho, esta última opción cuenta además con un plus negativo: el peligro latente de que no sea la decisión responsable y previsora de quienes gobiernan en nuestro nombre, sino la especulaciones del mercado, la que rompan la paridad.

               Y en tal caso sí que no importarán las consecuencias que sobre los salarios de los trabajadores produzca una salida abrupta del modelo.

               Quizá convenga, a modo de conclusión, recordar palabras de nuestro flamante ministro de economía cuando afirmó que es este un buen momento para endeudarse, y recordar también su preferencia de hacerlo en dólares, augurando paridad cambiaria por mucho tiempo.

               Estas palabras sintetizan la postura oficial sobre el tema y son una muestra cabal de la IMPREVISIÓN con la que se suele asumir las cuestiones nacionales.

               Por ello, a modo de final, resta un requerimiento elemental para quienes tienen la responsabilidad de dirigir los destinos del país: que no sólo lo hagan en el sentido correcto, sino que actúen a tiempo, previniendo los riesgos, y midiendo las consecuencias. Nos evitarán así más pesares y mayores sufrimientos que los estrictamente necesarios.

               (*) Integrante del CEPADE (Centro de Estudios para el Desarrollo)

 


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