AGENCIA PARA EL DESARROLLO: INSTRUMENTO DE POLÍTICAS ACTIVAS


 

Gustavo Galván (*) - Especial para Hoy

               Puede suceder que la capacidad, la habilidad, la decisión y precisión con que se hace frente a un emprendimiento resulten insuficientes para alcanzar el éxito deseado. Muchas veces el esfuerzo y la dedicación también son infructuosos, y lo que a simple vista aparece como sencillo, acaba por convertirse en una tarea ciclópea, sino imposible. Es que los proyectos y planes deben estar acompañados de las herramientas pertinentes para su construcción. Aquellas que fueron ideadas y creadas para tal función, y no otra. Alcanzar los fines propuestos depende siempre de esta relación fines-medios, tarea-herramienta. En la correcta elección de la forma descansa entonces la excelencia del contenido. Pensemos en el mejor neurocirujano, el mas sabio y de mayor experiencia posible a punto de intervenir con instrumental inadecuado, o sin la asepsia necesaria para el caso. Podrá su destreza y habilidad evitar la fatalidad? Es de esperar en tal caso que el peor de sus discípulos, en mejores condiciones y con las herramientas adecuadas, lo supere. De igual forma, cuando se trata de las políticas activas del estado municipal, en particular nos ocupan hoy las referidas a la producción y al empleo de la región, el instrumento desde el cual se las define y ejecuta, condiciona el resultado y efectividad de las mismas. Aún más, determina el grado de compromiso e interés con que el gobernante encara toda la problemática en cuestión. El productor de la zona, en especial el pequeño y mediano, ha padecido durante décadas la indiferencia de su gobierno local. Las políticas y estrategias productivas que lo afectaron han sido fijadas en forma inconsulta, sin comprender sus intereses, y con motivo de tamaña exclusión, han resultado inoperantes. No han estado nunca a la altura de sus expectativas y padecimientos. Este hecho constituye una asignatura pendiente del municipio con el sector más dinámico de una sociedad, unos de los mayores beneficios puede aportar a sus habitantes, el único que genera riqueza genuina capaz de elevar la calidad de vida y enfrentar con éxito el flagelo de la desocupación actual. Algún día, tal vez no muy lejano, la deuda será saldada, y se adoptará un rol activo en la cuestión, mirando desde una nueva óptica al sector, sobre cuyas importantes rentas descansa la posibilidad recaudatoria pública. Ese bendito día se romperá la inercia de años y deberá asumirse el liderazgo en el tratamiento de las cuestiones concernientes a la producción y el empleo. Para ello además habrá que elegir la herramienta adecuada. El Instrumento idóneo Desde la óptica tradicional, las secretarías de los municipios de la Región con competencia en el tema (o sus similares), agotan su objetivo con la simple administración de los programas de financiación y servicios ya existentes, o en las cuestiones formales del sector (habilitaciones, parques industriales, mercado, etc.). Pertenecen a la vieja concepción y deben ser superadas, pues se administraron en su mayoría con un sentido de clientelismo político-partidista, sin tener en cuenta las reales necesidades estratégicas del productor, con una marcada ausencia del municipio en la planificación con que cada sector debe abordar su propio crecimiento. La política elegida, podría decirse, fue no tener definida una política específica. Por ello se impone debatir, consensuar y promover los proyectos para la creación de un organismo especial dedicado exclusivamente al tema. Llámese agencia de desarrollo o como sea, debe tener como objetivo central liderar el proceso productivo de la región, generando una nueva cultura de la producción, donde los actores involucrados participen efectivamente, y la única legitimación posible sean sus necesidades, evitando así los clásicos problemas de representación. Su función debe ser maximizar los recursos disponibles (incluyendo políticas de defensa de los intereses locales ante la provincia y la nación) a fin de favorecer a las Pymes de la región, centrando su accionar en el acceso de éstas al mercado de capitales, en su innovación tecnológica, exportación y en las distintas actividades de comercialización. Cuando nuestras pequeñas y medianas empresas atraviesan crisis de competitividad y son cada vez más vulnerables en la competencia con sus pares del exterior, toda la problemática de su reconversión, en especial la necesidad de incorporar mayor valor agregado a lo producido, no puede ser resuelta sin la intervención del estado. Como organismo especializado la agencia debe apoyar y auxiliar al productor en general en todos los aspectos relacionados con su actividad: financiación, capacitación, promoción comercial y desarrollo de la empresa (control de calidad, packaging, administración, etc.) con el fin central de abaratar los costos que estos servicios le presentan. Actuará también en la búsqueda permanente de los mercados necesarios para la colocación de la producción actual y proyectada, segmentando las demandas locales, regionales y mundiales. Será en definitiva un auténtico intermediario entre los problemas y las soluciones que enfrentan nuestras Pymes y nuestros pequeños emprendedores, al que podrán recurrir en búsqueda del auxilio y apoyo que siempre reclamaron en vano. Un debate pendiente La trascendencia de la cuestión merece que las fuerzas políticas y los sectores involucrados, promuevan y generen un amplio debate en el seno de nuestra sociedad. El fuerte desempleo actual que golpea a nuestros vecinos es motivo suficiente para su tratamiento y definición, a la que no pueden escapar ni el oficialismo ni la oposición. Sobran los ámbitos donde realizarlo, sin embargo, por sobre todos ellos, se destaca el Concejo Deliberante platense, por la importancia de las decisiones que deben acordarse y por las consecuencias positivas que la creación de tal organismo generaría. Quizás como nunca en este caso, la elección del instrumento político desde el cual llevar adelante la gestión productiva sea en sí misma una definición. Al menos de cual será la actitud con que se la aborde. Servirá además como una señal muy clara de que hay una decisión política de cambio.

               (*) Integrante del Centro de Estudios Para el Desarrollo (CEPADE)

 


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